sábado, 6 de diciembre de 2008

Nota de lector sobre Rodolfo Walsh

Esa Mujer

Cuando empecé a leer el cuento me encontraba realmente perdido en la trama, no podía hilar las acciones que transcurrían en ese departamento de ese edificio en el cual se encontraba el Coronel y por la forma de redacción Rodolfo Walsh. Parecería que el coronel escondiéndose de váyase a saber quienes y por que cosas, le había otorgado a Walsh una entrevista exclusiva y por lo visto oculta.
Esa mujer que es una cadáver y por la forma misteriosa de narrar importante, provocaba admiración por aquellos hombres que la veían en su estado de fría quietud. Cuando el Coronel habla con admiración y amor por el cadáver, ya que por lo que cuenta, era su custodio. Se nota el amor que tenía por ella y más cuando evita que otro le practique sexo al cadáver.
Ya a mitad del cuento se me viene a la mente el libro de Eloy Martínez “Santa Evita” que narra la historia del misterioso cuerpo de evita después de su temprana muerte. Y no hago más que pensar que Walsh está ahí, con el que fue su custodio, el custodio de evita sin vida, el que la protegió de la desaparición, para develar el misterio del cuerpo y averiguar donde yace oculto.
La forma de narrar es interesante porque el cuento toma un sentido de crónica, cómo aquellos relatos breves de la edad media, pero con un atrapante hilo conductor a lo Walsh en Operación Masacre.
Si mal no recuerdo el cuerpo de evita en la época de la dictadura, por designio de Videla, fue entregado a la familia Duarte y actualmente descansa en el cementerio de la recoleta.

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