Un día perfecto para el pez plátano
Es muy atrapante el comienzo y el transcurrir de la historia. La chica que se encuentra en el hotel hablando con su madre preocupada porque el marido de la nena es un loco de la guerra y teme por la vida de su hija en cada oración que pronuncia de su dialogo. Mantienen una tensión en el dialogo muy interesante sumado a la indiferencia de la chica que jamás sacrificaría sus vacaciones en la Florida, por rumores psicológicos sobre su marido después de la guerra.
El cambio de escenas es interesante, ese juego de la escena de la madre hablando por teléfono con su hija en la habitación 507 del hotel. Advirtiéndole sobre los desequilibrios de Seymour, quien la acompaña. Y la otra escena de Seymour, descrito cómo un loco precedentemente por el diálogo entre madre e hija, frente a la playa y Sybil, la niña que acompaña a Seymour a bañarse al mar en busca de peces plátano, junto al constante misterio de que en cualquier momento la niña será atacada por Seymour.
No me parece logrado el final dando suicidio al loco de la guerra sin antes haber enriquecido un poco más la historia con otros condimentos. Este cuento da más para una novela que para un breve relato.
sábado, 6 de diciembre de 2008
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